domingo, 20 de enero de 2008

Adolescencia y Soledad


La Soledad del Adolescente

Nos enfrentamos día a día a situaciones de angustia manifestadas por los jóvenes, con sus miradas perdidas, fantaseando ideales que devendrán en cuestiones de salud, fundadas por razones generalmente de apatía por un grupo al cual seguramente idealizó y que por su actitud nos quiso pertenecer.
El pertenecer tiene sus privilegios, decía un slogan publicitario de una tarjeta de crédito, y sí, evidentemente existen privilegios para quienes ser creen privilegiados por sentirse más.
Prevalece la indiferencia, cuando se piensa diferente, aparece la soledad y el vació de quien es aquel que se animó a decir no.
El polo sujeto se instala en quien rechazó al grupo y se comienza a trazar hipótesis de no querer agruparse, y se lo etiqueta de individualista
Si pensamos desde la complejidad, desde la policausalidad que lo llevó a decir no, cuando seguramente sufre ante la determinación tomada, podemos observar que algo habrá pasado, o habrá visto o sentido para no pertenecer. Ahora bien, la pregunta qué les ocurre a los adolescentes es tan abierta como cerrada, según desde que lugar nos posicionamos para verlo.
Por un momento logremos imaginar un recorrido en la vida de ellos. Transcurre en grupos, la familia, el colegio, y / o la universidad, el club – existe? – hoy ya no hay clubes de barrio, por lo tanto, para pertenecer debería concurrir a centros múltiples que tienen sus marcas instaladas. No todos pueden acceder a ese privilegiado centro.
La escuela, qué escuela? La pública, la privada, qué privada, bilingüe?...
Sigamos recorriendo su vida; usa zapatillas de marcas privilegiadas? Suele irse de vacaciones? Tiene auto? Qué modelo y qué marca? Trabaja donde? Es una compañía exitosa? Qué puesto ocupa? Tiene status?...
En fin, tantas preguntas para poder simplemente decir que en realidad, su realidad es tan distinta a la de los otros, que le es imposible pertenecer. Y lo peor que lo rechazan. Y es ese el punto de urgencia, el rechazo trae la soledad, el sentirse solo, trae angustia, y con la angustia aparecen enfermedades que hay que tratarlas. Desde lo individual se lo trata, pero desde lo grupal se trata el tema o está tan instalado en la mirada de la sociedad que no lo vemos. Hay que desocultar lo obvio, correr ese telón que nos priva de ver la realidad cuando en ocasiones no la queremos ver.
Intervenir en grupos es parte de aptitudes psicosociales, y el ocuparse tiene que ver con la actitud del Operador en Psicología Social de un hacerse cargo y actuar.
Pensémoslo y reflexionemos.
Porque pertenecer tiene sus privilegios. Pero todos tienen el privilegio de pertenecer.

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